Mercado de arte

Pintura antigua a la vista

Detalle del cuadro Retorno de Egipto, atribuido recientemente al taller de Zurbarán

Christie’s sacará a la venta el próximo 19 de enero en Nueva York una interesante oferta.
Publicado por Daniel Díaz el 15 de enero de 2014.
Detalle del cuadro Retorno de Egipto, atribuido recientemente al taller de Zurbarán
 

En los últimos artículos publicados desde este foro, comentábamos la fuerza y la importancia que está teniendo en nuestro país la pintura antigua de calidad a un precio razonable. Parece interesante, pues, en este inicio de año, echar una ojeada a lo que se ofrece en el mercado internacional, entresacando lo más sustancioso.

A finales de este mes los bonos y los beneficios anuales de las grandes empresas ya habrán sido entregados y cobrados por los grandes coleccionistas, y Christie’s y Sotheby’s ofrecen a sus seguidores la excusa perfecta que justifique importantes desembolsos: los días 29 y 30 Christie’s, y 30 y 31 Sotheby’s. Como las de Sotheby’s tienen un interés mayor para nuestro mercado nacional, hablaremos de ellas en el próximo artículo.

Christie’s ha dividido la amplia oferta, con piezas magníficas de Jacopo Bassano, Lorenzo Lotto, Jan Provost o Sandro Botticelli, en cuatro licitaciones: Old Masters Paintings I y II, Renaissance y Old Master Drawings. Pero la pieza que destaca con más fuerza de entre todas ellas es un asombroso libro de horas en latín, miniado e iluminado en cada una de sus páginas con una calidad verdaderamente exquisita y que es conocido como el Una de las páginas del famoso Rothschild Prayerbook (Libro de oraciones de los Rothschild), realizado en Gante o en Brujas hacia 1505-1510, y por el que Christie's espera una venta entre doce y dieciocho millones de dólaresRothschild Prayerbook (Libro de oraciones de los Rothschild). Realizado en Gante o en Brujas hacia 1505-1510, mide apenas 228 x 160 mm, y contiene 252 páginas con multitud de oraciones a distintos santos para rezar a lo largo del año. Además de las bellísimas iniciales, hay una variedad impresionante de acantos, miniaturas, escenas simulando arquitecturas, esculturas o relieves… Muchos de ellos se deben a la mano de Gerard Horenbout, Simon Bening y a su padre Alexander Bening, pero alguna otra al siempre delicado Gerard David.
El libro, dentro de los spectacular manuscrits-de-luxe, debió ser producido para algunos miembros destacados de la corte de los Habsburgo en los Países Bajos. Dentro de estos manuscritos, aunque de inferior calidad según los expertos, destacan el Book of Hours en la British Library (Add. Ms 35313), el Spinola Hours (J. Paul Getty Museum, Ludwig IX 18) y el Grimani Breviary (Venice, Bibl. Marciana Ms Lat. XI). Con estos antecedentes, no es extraño que salga al mercado con una estimación entre doce y dieciocho millones de dólares, con la seguridad de que alguna importante institución intentará su compra.

A su lado, y como escoltando tan preciada pieza, se presenta una fantástica Fantástica Adoración de los pastores, realizada hacia 1562-1563 por Jacopo Bassano; estimación en Christie's de ocho a doce millones de dólaresAdoración de los pastores (O/L, firmada ‘iac.s/bassa […]’, 72 x 112 cm) de la mano de Jacopo da Ponte, llamado Jacopo Bassano (c. 1510-1592), por la que se espera una venta entre ocho y doce millones de dólares. Es un precio altísimo si tenemos en cuenta las mejores ventas que ha tenido hasta el momento: en el lejano diciembre de 1994, en Ader-Tajan, Deux chiens se reposant près d’un tronc d’arbre (O/L, 61 x 79,5 cm) se vendió por 1.646.449 euros, muy lejos incluso de los 823.150 euros pagados en junio de 2005 en Finarte-Semenzato, Venecia, por Cristo nell’orto (O/L, 101 x 141,5 cm), su segunda obra más cara hasta el momento.
Para los no versados en la calidad de Jacopo, el mismo Paolo Veronese –un pintor que no ofrece duda alguna sobre su fantástica calidad-, en su celebrado cuadro La fiesta de las bodas de Caná del Louvre pone, junto a la figura central de Cristo, a cuatro músicos personificados en los mejores pintores de su época: Tiziano, Tintoretto, él mismo y… Jacopo Bassano. Este importante trabajo sobre el milagro del agua que se sonrojó al ver a Cristo, se ejecutó muy probablemente hacia 1562-63, al mismo tiempo que esta magnífica Adoración que sale ahora a pujas, pasada ya su etapa manierista y en plena fase ya de madurez de su estilo, más clásico.
La huella de los grandes maestros venecianos está presente en cada centímetro de esta tela, pintada con pinceladas amplias y bien empastadas, y con los típicos colores venecianos, en una marcada composición horizontal que le permite mostrar el inicio de una arquitectura casi colosal, un breve pero luminoso paisaje al fondo, y un primer plano con su especialidad, los animales, que son los regalos de los pastores.

De una generación anterior fue el veneciano Lorenzo Lotto (c. 1480-1556), de quien se ofrece una De Lorenzo Lotto, Christie's ofrece esta atractiva Sagrada Familia con Santa Catalina de Alejandría descubierta recientemente; se espera una venta entre dos y tres millones de dólaresSagrada Familia con Santa Catalina de Alejandría (O/L, firmada ‘L. Lotus’, 85,7 x 110,8 cm) con una muy alta calidad, dentro de la producción más limitada del autor. Descubierta y publicada en 1988 por Flavio Caroli, es una de las siete versiones realizadas (o atribuidas) por Lotto, la mejor de las cuales, firmada y fechada en 1533, está en la Accademia Carrara, en Bérgamo, desde que fuese adquirida por el conde milanés Guglielmo Lochis durante el siglo XIX. Peores versiones son las del Hermitage, de San Petersburgo; del Museum of Fine Arts, Houston; del Osmitz Collection, Bratislava; la de una colección privada en Italia y la del Palazzo Rospigliosi, en Roma.
Una vez realizada en 2012 la limpieza que eliminó repintes innecesarios anteriores, y que permite mostrar su delicada ejecución, el brillo de sus colores y las distintas expresiones en los rostros, parece que debe fecharse, según los especialistas Mauro Lucco y Peter Humfrey, en la década de los cuarenta. Y así, la estimación de dos a tres millones de dólares queda más que justificada. No en vano, su obra más cara hasta la fecha es el Portrait of a Jeweler, Probably Giovanni Pietro Crivelli (O/L, 77,2 x 64,1 cm), por el que se pagaron, en enero de 2011, 578.500 dólares (422.709 euros), lejos de la estimación de 250.000-350.000 dólares, en Sotheby’s Nueva York; o de los 389.300 euros pagados en Dorotheum Viena en octubre pasado por un buen Ecce Homo (O/T, 55,7 x 49 cm).

Debemos hacer ahora una mención, aunque sea muy brevemente, de dos pinturas de los Países Bajos que destacan en la oferta. Se trata de una delicada Delicada Anunciación de Jan Provost; estimación de dos a cuatro millones de dólares en Christie'sAnunciación (O/T, 51,8 x 39,7 cm) del siempre atractivo Jan Provost (c. 1465-1529) y de una nada complaciente Lamentación de Gerard David.
Por la primera de ellas se espera una venta entre dos y cuatro millones de dólares, un precio también muy lejano a los mejores que ha obtenido… En enero de 1990, Sotheby’s Nueva York vendió por 331.363 euros su Nativity (O/T, 51 x 38 cm), y en enero de 2003 repitió venta, esta vez por 344.000 dólares (320.608 euros), con otra Nativity (O/T, 51,4 x 38,1 cm). Pero el estado de la obra y la calidad de la pintura parecen sugerir la fuerte estimación. Para su gran estudioso, Max J. Friedländer, Provost es uno de los más grandes pintores del Renacimiento de esas tierras, con unas composiciones que apenas se repiten, y una inventiva que se muestra casi siempre en detalles de decoración entre esotéricos, enigmáticos y siempre sugerentes, como en este caso las alas del arcángel, o la multitud de tipos diversos de plantas y florecillas que adornan la escena.
En cambio, para la pequeña tabla (23,9 x 18,6 cm) con la Lamentación de Cristo muerto de Gerard David (c. 1460-1523) se piensa en una venta entre 1,5 y 2,5 millones de dólares. La pieza, desde luego, respira intensidad y devoción por los cuatro costados, con su calidad habitual en los rostros, en una composición muy ajustada, casi piramidal. Pintada en las primeras décadas del siglo XVI por el gran maestro de Brujas, apenas han salido al mercado obras de este artista; y así, una Sagrada Familia (O/T, 41 x 33 cm) vendida en enero de 2003 en Christie’s Nueva York por 999.500 dólares (929.834 euros) es su mejor venta hasta la fecha, seguida de las 386.500 libras (450.65 euros) pagadas en Sotheby’s Londres en julio pasado por otra versión de The Lamentation (O/T, 57,8 x 48 cm).

Y, por fin, algo de pintura española.
El Toledo Museum of Art saca al mercado dos piezas interesantes para, como se dice vulgarmente, ‘hacer caja’ y poder comprar otras obras.
Es interesante la primera de ellas, de grandes dimensiones: Del taller de Zurbarán, Retorno de Egipto, aceptada durante muchos años como de la mano del maestro extremeño. 200.000-300.000 dólares en Christie'sThe Return from Egypt (O/L, 192,1 x 247,9 cm) debida al taller de Francesco de Zurbarán (1598-1664) y que sale con una sorprendente estimación de 200.000 a 300.000 dólares. Si uno mira con un poco más de detalle, verá la razón de ser de esa discordancia que es tan sencilla como que ha estado atribuida al maestro pacense hasta hace muy poco tiempo, cuando la gran especialista Odile Delenda, en su Francisco de Zurbarán, 1598-1664: catálogo razonado y crítico, publicado en Madrid en 2009, la catalogaba como MB-2 (tomo II, pp. 301-301), y la atribuía al ‘Maestro de Besançon‘, rectificando su criterio expuesto en su anterior monografía del pintor, con María Luisa Caturla, publicada en Paris, 1994, donde lo veía de la mano del maestro (p. 181). A pesar de su buena procedencia (Pablo Recio y Tello, Madrid, antes de 1815; Marqués de Astorga, Conde de Altamira, Madrid, a través del cual la compró Georges Villiers, embajador inglés en Madrid, 1833-1839 y cuarto Duque de Clarendon), el primero que puso en duda tal atribución fue Martín Soria, es su artículo ‘Francisco de Zurbaran. A Study of His Style – II,’ en la Gazette des Beaux-Arts, XXV, de marzo de 1944 (p. 158), donde lo atribuía a los hermanos Polanco, discípulos de Zurbarán; y Gaya Nuño, le siguió en La pintura española fuera de España, Madrid, 1958, no. 2207, y lo atribuyó a Francisco o Miguel Polanco. Y aunque estos autores sembraron la duda, la atribución a Zurbarán se ha seguido manteniendo hasta la monografía de Delenda.
Desde el punto de vista estilístico, se percibe el estilo inconfundible de Zurbarán (no en vano tantos lo han publicado como de su mano), pero se puede adivinar una mano menos sutil, que produce unos contornos y unas coloraciones mucho más duras. Y como con el paso de los años y los estudios que se suceden se va sabiendo cada vez más del taller, iremos viendo a lo largo de los años venideros cómo algunas de las obras atribuidas a Zurbarán pasan ser atribuidas a sus discípulos, lo cual es ley de vida.

De la misma procedencia se ofrece una más que mediana tablita de apenas 30,4 x 21,5 cm del Maestro de Játiva (activo 1490-1515; también llamado por otros especialistas el Maestro de los Siete dolores de la Virgen María) con la Adoración de los Magos por la que piden entre 20.000 y 30.000 dólares.

Y de esa misma zona levantina, una buena tabla de Fernando Yáñez de la Almedina (1506-1536) titulada La tabla de Fernando Yáñez de la Almedina, The Virgin and Child with Saint Joseph, firmada y fechada en 1523; estimación de 80.000 a 120.000 dólares en Christie'sThe Virgin and Child with Saint Joseph (O/T, firmada en la trasera ‘~ hernandiañes inventor año 1523’, 36,8 x 28,8 cm), cuyo débito con Leonardo (Madonna of the Yarnwinder, 1501) es evidente. Como es sabido, tanto Yáñez como su frecuente colaborador Hernando o Fernando Llanos residieron en Florencia, y como tal aparece éste último documentado asistiendo a Leonardo en 1505 en el Palazzo della Signoria. A su vuelta, trabajan en Valencia  en el retablo mayor de la catedral introduciendo las novedades italianas como su característico sfumato o la mano en perspectiva –la primera en la península-, ofreciendo así la alternativa moderna al modo de pintar típico ya de la península, de clara ascendencia flamenca desde la estancia de Jan van Eyck en 1428 en nuestro país. Poco antes de 1525, al tiempo de la tabla que se subasta, Yáñez se trasladó a Cuenca donde realizó algunas de las pinturas de la catedral, en un estilo muy similar y que debió ser nuevamente una sorpresa para los que las veían por vez primera.
Segre, en marzo de 2006, vendió un San Onofre (O/T, 70 x 30 cm), un tanto duro y poco atractivo, por la salida, 40.000 euros. Poco más tarde, ya en julio de 2007, en Sotheby’s Londres, su particular versión de la Madonna of the Yarnwinder titulada The Virgin and Child in a Landscape (O/T, 36,2 x 28,5 cm), mucho más atractiva, subió hasta las 144.000 libras (213.336 euros), lejos de la estimación de 40.000 a 60.000 libras. Y como la presente es de peor calidad, quizá por ello la estimación sea de 80.000 a 120.000 dólares.

Acabamos el repaso con tres pinceladas más.
La primera para una atractiva tabla de Alessandro Filipepi, llamado Sandro Botticelli (1444/5-1510) titulada De Sandro Botticelli, The Madonna and Child with the Crown of Thorns and three nails; entre 700.000 y 1.000.000 dólares en Christie'sThe Madonna and Child with the Crown of Thorns and three nails (óleo y oro/T, 66,6 x 51,4 cm). Nunca antes publicada, en vez de mostrar al Niño sobre un trono aparece sobre los brazos de su madre. El fondo del cuadro y los genitales del Niño han sido repintados, pero el resto de la carne de Cristo y la cara de la Virgen están ‘in fine condition’, aunque parece que se han perdido algunas rosas del manto de la Virgen, como aparece en el Piacenza tondo del Museo Civico del Palazzo Farnese. Quizá por este estado de conservación se espera una venta entre los 700.000 y 1.000.000 dólares.
En este sentido, no deja de ser curioso que del taller del mismo autor, Sandro Botticelli, se ofrezca también The Madonna and Child in a niche (témpera, óleo y oro/T, 81,3 x 55,2 cm), con un delicado y atractivo dibujo muy cercano a la mano del maestro, con una estimación de 500.000 a 700.000 dólares… Habrá que esperar a ver por cuánto se rematan ambos.

Casi un siglo después, la romana Artemisia Gentileschi (1593-1654) se retrató tocando el laúd: De la romana Artemisia Gentileschi, un atractivo autorretrato: Self-Portrait as a Lute Player, pintado entre 1616 y 1617; la estimación de tres a cinco millones de dólares en Christie'sSelf-Portrait as a Lute Player (O/L, 77,5 x 71,8 cm). Pintado posiblemente para el Gran Duque Cosme II de Médici (1590-1621), permaneció en la misma colección de los Medici (distintos inventarios así lo atestiguan), en Villa Medici, Artimino, al menos hasta 1683, donde se le pierde la pista hasta aparecer, procedente de una colección europea, en Sotheby’s, Londres en julio de 1998. Nacida en Roma y discípula de su padre, el genial Orazio Gentileschi (1563-1639), pronto se trasladan a Florencia donde contacta con el Gran Duque y realiza distintos encargos para su palacio. Datado según los especialistas entre 1616 y 1617, cuando tendría unos 25 años, muestra perfectamente la asimilación del estilo suntuoso de su padre y del gusto florentino de la época –las telas con orla dorada, la gasa blanca refulgente…-, visto en las obras de los pintores florentinos Lodovico Cigoli y Cristofano Allori. La estimación de tres a cinco millones de dólares es alta, sobre todo si tenemos en cuenta que su obra más cara hasta el momento –con notable diferencia respecto a la siguiente- ha sido precisamente ésta, cuando se adjudicó por 419.500 libras (639.971 euros) en Sotheby’s Londres en julio de 1998…, sin limpiar ni restaurar, claro.
Y una última referencia para I Cani Sapienti (The Dancing Dogs) (O/L, 33 x 48,5 cm), de Giandomenico Tiepolo (1727-1804), que sale con una estimación de dos a tres millones de dólares, en la línea de los más de dos millones y medio pagados (1.308.500 libras; 1.818.160 euros) pagados en diciembre de 2007 en Christie’s Londres por Dancing the minuet (O/L, 33 x 48,5 cm), en el mismo estilo que el presente y que es, hasta el momento, su segunda mejor venta.

Desde luego, parece que los coleccionistas se han animado a sacar al mercado piezas especiales, de calidad superior a las que estamos acostumbrados a ver. Han visto que el mercado está sediento de piezas importantes, y el cobro a finales de enero de los beneficios y bonos de las ganancias ayuda sin duda a plantearse importantes compras. Y ya que la calidad está asegurada y las ganas de los compradores también, el único peligro que puede haber es que las estimaciones se demuestren excesivamente altas… Eso sí, si se cumplen las expectativas previstas, ésta será una buena subasta. Publicado por Daniel Díaz el 15 de enero de 2014.