Luces y sombras en las subastas de pintura española en la capital inglesa.
O quizá habría que decir más sombras que luces porque, a pesar de las buenas ventas de los lienzos de Mariano Fortuny (Christie’s) y del récord de Ignacio Zuloaga (Sotheby’s), los datos hablan de ventas un tanto escasas mostrando una vez más la débil situación del mercado español en los últimos años.
Ha habido esta semana un par de ventas sobresalientes y otras más que notables pero, efectivamente, la situación no es buena en absoluto. Christie’s tuvo su licitación el lunes 21, y de 17 lotes ofrecidos, vendió sólo cinco; Sotheby’s, el día 22, mejoró la proporción, obteniendo once ventas de los 28 ofrecidos. Como se puede apreciar, no estamos en una situación para lanzar cohetes y felicitarnos por el saneamiento del coleccionismo. De hecho, en la licitación de Sotheby’s la parte de pintura griega obtuvo unas ventas similares, mientras que la escandinava tuvo muy buena acogida. ¿Reflejo de la actual situación económica europea? Muy probablmente, pero vayamos por partes.
Christie’s, tras el fiasco neoyorquino en la venta de arte impresionista y moderno, parece que vuelve a tropezar con la misma piedra en Londres, esta vez con pintura española: las estimaciones de las piezas se han demostrado excesivas y el coleccionismo no está para riesgos.
Es cierto que Arab Fantasia (O/L, 50,8 x 62,2 cm) de Mariano Fortuny (1838-1874), realizado y firmado en Roma en 1866, alcanzó un precio muy bueno superando con creces la estimación baja de 400.000 libras. La obra, lo comentamos ya en otro lugar, procedía de la familia Vanderbilt –procedencia que es siempre igual a calidad, y había sido expuesta en el New York, Metropolitan Museum of Art, 1886-1903.
Recordemos también que en mayo pasado, Sotheby’s remató nada menos que por 735.650 libras (845.703 euros) Árabe delante de un tapiz (O/L, 150 x 75 cm). Esta vez, Arab fantasia, que había sido vendido en Sotheby’s Londres 320.000 libras más comisiones e impuestos (513.282 euros más comisiones e impuestos) el 22 de junio de 2000, alcanzó una revalorización más que notable en estos apenas once años, adjudicándose finalmente por 583.250 libras (680.070 euros).
En la misma licitación, un buen retrato de Giovanni Boldini (1842-1931), Portrait of Ena Wertheimer (O/L, firmado en 1902, 155,5 x 103 cm) se vendió por 553.250 libras (645.090 euros), de tal forma que Alexandra McMorrow, International Head of Department, 19th Century European Art, Christie’s, pudo comentar: “This sale saw competitive bidding and strong results achieved for the top lots, particularly the elegant Boldini and the vivid Fortuny”. Y refiriéndose al resto de la licitación, añadió: “We are also very pleased with the prices realised for the 19th century French masters, the market for which is enjoying a resurgence of demand. This is emphasised by the exceptional result of “Pommes rouges” by Gustave Courbet. The breadth and depth of this category is further reflected by the two new artists’ records set for German artist Franz von Stuck and for Italian artist Filippo Palizzi”.
Sin embargo, aquí comienzan las sombras en lo que a pintura española se refiere, pues hubo demasiados lotes que no encontraron comprador. Me refiero, sobre todo, a los siguientes:
De Joaquín Sorolla y Bastida (1863-1923), Portrait of a young girl, possibly the artist’s niece, with her favourite doll (O/L, firmado en 1902, 80 x 60,7 cm), que se ofrecía con una estimación entre 250.000 y 350.000 libras, y del que Blanca Pons Sorolla destacó su relación con Velázquez, no obtuvo el interés de la audiencia; sí, en cambio, su Women on the beach, San Sebastián (O/T, 11,5 x 16,5 cm), pintado en San Sebastián en 1918, que se adjudicó por 32.450 libras (37.902 euros) (est.: 25.000-35.000 libras).
De Hermenegildo Anglada Camarasa (1872-1959), las dos piezas quedaron desiertas: The mountains above Pollensa, Majorca (O/L, 71,5 x 86 cm), dedicada ‘A mi buen amigo Antonio Llorente’ y firmada en Pollensa en 1953, y con una estimación entre 120.000 y 180.000 libras (por cierto, publicada por F. Fontbona y F. Miralles, Anglada-Camarasa, Barcelona, 1981, p. 288, fig. 354, no. E10); y Maternity (O/T, 67 x 54 cm), con igual estimación.
Tampoco obtuvo ventas Joaquín Mir (1873-1940), con su Garden of the Instituto Pedro Mata (O/L, 60 x 80 cm), pintado en Reus, hacia 1906 (est.: 70.000-100.000 libras), ni Julio Romero de Torres (1874-1930) con Fuente Santa (O/L, 83 x 62 cm; est.: 70.000-100.000 libras) ni Fernando Alvarez de Sotomayor (1875-1960), con En la huerta: in the orchard (O/L, 84 x 121 cm), pintado hacia 1902 y que procedía de la madrileña colección Moltó (est.: 50.000-70.000 libras) ni el luminoso óleo de Dario de Regoyos (1857-1913) Les Blés, Pays Basque (O/L, 46,5 x 55 cm), pintado en 1905 y que había estado expuesto en París en la Galerie Druet, en la exposición Impressions de Castille et du Pays Basque, de 1906, con el número 11 (est.: 50.000-70.000 libras).
En cambio, las ventas del siglo XIX fueron mejores. Un buen cuadro de Martin Rico y Ortega (1833-1908), Santa Maria della Salute, Venice (O/L, 65,5 x 101 cm) subió desde las 50.000 libras de la estimación baja hasta las 81.650 libras (95.367 euros). Y de Eugenio Lucas Villamil (1858-1918), su Outside the Plaza de Toros, Madrid (O/L, 103 x 167 cm), realizado en 1897, superó también la estimación baja de 25.000 libras y se terminó rematando por 32.450 libras (37.902 euros).
Como decíamos más arriba, la licitación en Sotheby’s del día siguiente, martes 22, tuvo otro color, con muchas pujas de extranjeros -y eso es lo importante para la casa de subastas-, aunque las sombras siguen siendo inquietantes. En este caso, los titulares hablaron del nuevo récord para una obra de Ignacio Zuloaga (1870-1945), pues el exuberante retrato desnudo de su modelo preferida, Madame Souty reclinada en un sofá (O/L, 144,5 x 177 cm), pintado en París en 1921 y que para muchos era su mejor desnudo, provocó el entusiasmo de los coleccionistas que pujaron por él hasta su adjudicación por 713.250 libras (816.744 euros), lejos de su estimación entre 400.000 y 600.000 libras. Se entiende, pues, perfectamente el entusiasmo de Aurora Zubillaga, Consejera Delegada de Sotheby’s España, que comentó: “En la venta de Pintura Europea de esta tarde hemos visto una vez más cómo la obra de un pintor español ha sido el lote estrella de la subasta de pintura europea: Madame Souty reclinada en un sofá, de Ignacio de Zuloaga, ha sido adjudicada en £713.250/ €816.744, logrando un nuevo récord para el artista en subasta. También hemos constatado un fuerte aumento de la presencia de coleccionistas internacionales. En el caso específico de Madame Souty, tres coleccionistas compitieron activamente por teléfono desde ambas orillas del Atlántico”.
Pero la velada se tornó agridulce cuando Niños en el mar. Playa de Valencia (O/L, 81 x 106 cm) de Joaquín Sorolla (1863-1923), no encontró comprador. El lienzo reunía casi todos los requisitos para haber sido una buena venta: pintado en 1908, escena de mar, con niños bañándose en su querida playa de Valencia con azules, blancos y verdes… y un barco pesquero al fondo, contrapunto del primer plano. La estimación se situó entre dos y tres millones de libras, pero no hubo pujas suficientes.
Tampoco hubo interesados por otras piezas suyas, de tal modo que podemos decir que para el valenciano fue una noche aciaga: Prado de Asturias, San Esteban de Pravia (O/L, 66 x 96 cm; est.: 250.000-350.000 libras), a pesar de su amplio currículo de exposiciones y que estuvo en la exitosa exposición itinerante del artista en la Hispanic Society of America; la glamurosa y provocadora Esperanza Conill de Zanetti (O/L, 155,5 x 111,5 cm (oval), de la colección de Helen Marx, pintada en 1909 y con una estimación entre 80.000 y 120.000 libras); la pequeña y temprana Vista del Embarcadero del Parque del Retiro (O/T, 17 x 27,5 cm; est.: 30.000-50.000 libras), realizada en 1882 en Madrid; o Monte Ulía. San Sebastián (est.: 180.000-250.000 libras), no encontraron compradores.
La venta del resto de los pintores modernos, desigual. De Hermenegildo Anglada-Camarasa (1871-1959), Baile gitano (O/T, 37,5 x 46 cm), que fue pintada en los años cuarenta, durante su exilio en el sur de Francia, recuperando uno de sus temas favoritos, la gitana y el mundo del flamenco, superó con creces la estimación más baja de 150.000 libras, rematándose finalmente por 241.250 libras (276.256 euros). Sin embargo, de su mano, Árboles en Mallorca (O/L, 60 x 73 cm), pintado entre 1925 y 1935, con su habitual gama de grises, azules y rosas, no encontró comprador, tras ser ofrecido con una estimación que se demostró excesiva: 80.000-120.000 libras.
Del catalán Joaquín Mir (1873-1940), en cambio, se vendieron sus dos piezas: Surtidor, Santa Perpetua de La Mogoda (O/L, 100 x 100 cm), pintado hacia 1918 en la finca La Mogoda de sus amigos los condes de Güell, con sus típicas luces y sombras entre la vegetación alcanzó las 61.250 libras (70.137 euros). Y El Pueblo, San Quircede Valles (O/L, 91 x 101,5 cm) por 49.250 libras (563.396 euros), ambos dentro de las estimaciones. En cambio, del otro maestro del paisaje, Santiago Rusiñol (1861-1931), no se vendieron ninguno de dos lienzos: La fuente de los cipreses (O/L, 100 x 85 cm), expuesta en Barcelona y en Roma en 1923, en una exposición itinerante por Estados Unidos en 1926, y que era la primera vez que aparecía en subasta, no encontró interesados (est.: 80.000-120.000 libras); y tampoco El Montseny (O/L, 98 x 110 cm), primero de los dos lienzos conocidos del artista de este paraje (est.: 120.000-180.000 libras).
Y antes de pasar al siglo XIX, debemos comentar brevísimamente lo sucedido con las obras del cordobés Julio Romero de Torres (1879-1930). La esperada venta de Adela Carbone. La Tanagra (O/L, 168,5 x 104 cm), que pertenecía al Club Español de Buenos Aires y que salía con una estimación entre 200.000 y 300.000 libras, no se produjo. Pintada en 1911, la modelo era intérprete y escritora italiana, además de cuñada del artista; de hecho aparece posando en su conocido óleo La consagración de la copla, cuadro que, junto al que salía a pujas, había sido expuesto en Madrid en 1912 en la exposición Nacional de Bellas Artes… Sin embargo, su Tristeza andaluza (O/L, 74,5 x 59,5 cm), que se ofrecía con una estimación entre 70.000 y 100.000 libras, terminó rematándose por 85.250 libras (97.620 euros); la mirada serena, penetrante y profundamente española de un primer plano pudo con el clasicismo renacentista que se percibe en el lienzo de Adela Carbone.
Al igual que en Christie’s, sorprende que lo que obtuviese buenas ventas fuera la pintura del siglo XIX. En el caso de Sotheby’s, del ferrolano Jenaro Pérez Villamil (1807-1854) Once escenas costumbristas y de toreo, realizadas en 1837 sobre metal, y Quince vistas de Madrid, de 1835 y 1836, óleos sobre metales de apenas 13 x 18 cm, y que salían ambos lotes con una estimación entre 8.000 y 12.000 libras, se vendieron finalmente por 32.450 libras (37.159 euros) y 46.850 libras (53.648 euros).
Y de Raimundo de Madrazo (1841-1920), un atractivo Aline, álbum de familia (O/L, 81 x 65 cm), alcanzó las 145.250 libras (166.326 euros). En este caso, Aline Mason -su musa y modelo preferida, hija del conserje del Palacio del Marqués de Casa Riera en París-, aparece con su libro de fotos, elegantemente vestida con un traje con blancos y rosas, en atractivo contraste con el azul del sillón y el fondo neutro.
Marta Enrile, Subdirectora del Departamento de Pintura Europea del S. XIX en Sotheby’s Londres, comentó que “una vez más, la sorpresa de la jornada ha sido el gran interés que ha suscitado un conjunto de vistas y escenas costumbristas del artista Jenaro Pérez Villaamil, con un precio de remate que ha triplicado su estimación alta. Adquiridas por el Embajador Lord Clarendon antes de 1839, son ejemplos reveladores del máximo representante del romanticismo español”.
Visto lo visto, me temo que el coleccionismo español ha estado y continúa estando más pendiente estos días de otras cosas. Veremos qué ocurre en las citas del día 30, en Fernando Durán y en Alcalá.
Publicado por Daniel Díaz el 23 de noviembre de 2011.