Comienza el mes de mayo, con una de las citas más importantes del año en Nueva York para la venta de arte Impresionista y Moderno.
Publicado por Daniel Díaz el 6 de mayo de 2014.
Las casas han mimado estas licitaciones y sólo queda ya esperar a los coleccionistas. Christie’s tendrá su licitación el martes día 6 mientras la de Sotheby’s será el miércoles día 7. Veamos algunas piezas, sabiendo que la oferta de este año no es extraordinaria, hay que reconocerlo, pero sí muy interesante. Y en ese sentido, se nota que hay cierta alegría y los precios ya no son tan ajustados como hace dos o tres temporadas. Lo que no varía son los artistas, un plantel magnífico con el que gozar un año más: Picasso, Matisse, Giacometti, Kandinsky, Monet, Miró, Dalí…, y aunque en los últimos tiempos la escultura de Giacometti ha alcanzado importantes precios, el rey sigue siendo el español Pablo Picasso (1881-1973).
Christie’s ofrece el día 6 de su mano un busto de Dora Maar titulado Portrait de femme (Dora Maar), (O/T, 99,4 x 80,8 cm; lote 29). Dora fue la amante y musa de Picasso entre 1936 y 1944, y el retrato con la desfiguración propia de la época fue pintado en París el 5 de agosto de 1942. 25 a 35 millones de dólares es la estimación que la casa espera por su venta. Es interesante recordar que prácticamente de esa misma época y con el mismo motivo, Dora Maar au chat, 1941 (O/L, 129,5 x 97 cm) se vendió en Sotheby’s Nueva York en mayo de 2006 nada menos que por 95.216.000 USD (75.544.374 euros), su tercera pieza más cara en subasta hasta la fecha. En noviembre del año siguiente, Christie’s Nueva York adjudicó por 16.281.000 USD (11.240.402 euros) su Tête de femme (Dora Maar), 1941 (O/L, 41 x 33,5 cm), mucho más pequeño. Y, más recientemente, en noviembre de 2012, Sotheby’s York remató por 4.338.500 USD (3.387.934 euros) su Femme Assise (Dora Maar), 23 de septiembre de 1943 (O/L, 100 x 81,3 cm). Pero esta pieza es bastante superior…
Para el día siguiente, Sotheby’s contraataca con un retrato anterior de su amante y querida rubia Marie-Thérèse Walter: Tête de Marie-Thérèse, realizado en Boisgeloup del 4 de junio de 1932 a marzo de 1934, con una estimación de quince a veinte millones de dólares. Son aún los primeros años de la relación entre Marie-Thérèse y Picasso, y ella pasa a ser el centro de casi toda su producción artística. Esta pequeña cabeza, de apenas 46,4 x 46,4 cm (lote 37), está pintada con una fuerza llamativa, a base de materia que se superpone una y otra vez formando una densa capa pictórica. Poco antes había trabajado ya una cabeza de ella en yeso, con unas formas muy similares, y estudiada ya en tres dimensiones, comienza su definición en el plano. Tanto le debió gustar a Picasso que permaneció con él hasta que, a su muerte, Jacqueline lo heredó, y fue ella la que lo donó posteriormente a William Rubin, director del prestigioso departamento de pintura y escultura del Museum of Modern Art de Nueva York.
Femme nue couchée au collier (O/L, 40,6 x 40,6 cm; 15), pintado en Boisgeloup, el 18 de junio de 1932, sería como la contraoferta de Christie’s del día 6. Comprado en Sotheby’s Nueva York en noviembre de 1997 por 3.082.500 dólares (2.714.751 euros) sale ahora con una estimación de ocho a doce millones de dólares.
De esta misma época, Sotheby’s ofrece Le sauvetage (O/L, 97,2 x 130 cm; lote 24), pintado en noviembre de 1932. La escena muestra diversas figuras jugando y bañándose en la parte izquierda del lienzo, con tonos amarillos y verdes idílicos, mientras en la parte derecha se subraya con el rojo el drama de una mujer que acaba de ser rescatada del agua, aún no sabemos si ahogada o viva. Probablemente sea una escena que vio en el verano de 1928 en Dinard en compañía ya de Marie-Thérèse Walter, o algo que ella le contara. Sorprende la esquematización de las figuras, la planitud de los colores y del propio espacio, y la independencia del color en la composición. Comprado en Sotheby’s Nueva York en mayo de 2004 por 14.792.000 dólares (12.159.024 euros), sale a pujas diez años después con una estimación de 14 a 18 millones de dólares.
Y la última propuesta picassiana de Christie’s, que viaja al comienzo de los años veinte, cuando en febrero de 1921 nace Pablo como fruto de su relación con Olga Khokhlova. En esos años, el asunto de la maternidad y la paternidad aparece con mucha frecuencia en su producción. Y así Deux femmes et enfant, fue pintado en París, en el invierno de 1922 (O/L, 189 x 129,2 cm; lote 42) con unas evidentes notas de clasicismo como pocas veces volveremos a ver. Con una suavidad y facilidad verdaderamente asombrosa, Picasso delinea las sencillas líneas de estas dos mujeres y el niño, con ecos de Ingres y de su conocimiento del mundo greco-romano. La estimación de 12 a 16 millones de dólares puede sorprender por el contraste con la sencillez del lienzo, pero conviene recordar lo que Michael FitzGerald escribió: “Among the many phases of Picasso’s work, neoclassicism is perhaps the most controversial, because its stylistic eclecticism and widespread popularity have led some writers to criticize it as a reactionary departure from modernism. When placed in the context of cultural developments during World War I, however, Picasso’s neoclassicism is better understood as a renewal of the avant-garde. By explicitly embracing history, Picasso escaped the strictures of an increasingly rigid modernism to define a more vital alternative. He repudiated the convention of modernism’s ahistoricism in order to acknowledge its maturity, as well as his own, and rejuvenate the avant-garde by immersing it in the rich humanistic traditions that many Cubist artists and theorists denied in a search for formal purity” (M.C. FitzGerald, “The Modernists’ Dilemma: Neoclassicism and the Portrayal of Olga Khoklova” in W. Rubin, ed., Picasso and Portraiture: Representation and Transformation, exh. cat., The Museum of Modern Art, New York, 1996, p. 297).
De este período clasicista, Tête et main de femme, 1921 (O/L, 65,4 x 54,9 cm) es su pieza más cara: vendida en mayo de 2007 en Christie’s Nueva York por 18.520.000 USD (13.639.980 euros), había sido comprada en la misma sala en mayo de 2005 por 13.456.000 USD (10.441.856 euros). Le sigue de cerca, Mandoline et portée de musique, 1923 (O/L, 97 x 130 cm), que alcanzó en mayo de 2013 en Christie’s Nueva York los 9.195.750 USD (7.027.392 euros)
Otro de los grandes representantes del cambio de paradigma fue, sin duda, Claude Monet (1840-1926). Impulsor de una nueva forma de entender la pintura, el impresionismo no sería como fue sin su existencia y su amplia producción. Y Christie’s saca a pujas una pieza soberbia: Nymphéas, 1907 (O/L, 100,1 x 81,2 cm; 8) con una estimación de 25 a 35 millones de dólares.
Poco después de la exposición del Salón de los Autónomos en 1906, volvió Monet a exponer en la galería de Durand-Ruel mostrando sus últimos trabajos con los nenúfares mostrando la potencia de su pintura. Paul Tucker ha escrito: “Elusive and mysterious, though fully measurable and humane, these paintings assert that Monet’s physical remove to Giverny did not mean a relaxation of his intellectual and aesthetic powers. On the contrary, the time he spent observing his flowers, trees, and pond engendered a profound refocusing of those strengths as a personal imperative, largely in response to the pressures of the very contemporaneity he appeared to have abandoned. For while they may seem to be about nothing other than the beauty he found in his own backyard, these three hundred pictures were actually created in the midst of conflict and turmoil–the death of family members, his own threatened blindness, the perceived erosion of aesthetic principles in French art, the abandonment of nature… They encapsulate an entire era as seen and felt by an individual who by 1900 had become one of the world’s most celebrated painters” (Monet in the Twentieth Century, exh. cat., Museum of Fine Arts, Boston, 1998, p. 14).
Y aunque muchas de las piezas de ese año de 1906 y 1907 tienen una técnica ya muy suelta que hace que sean menos apreciadas por los coleccionistas que las anteriores, hay otras de una calidad verdaderamente asombrosa. De hecho, en mayo de 2006 Christie’s Nueva York vendió por 11.216.000 USD (8.885.315 euros), Nymphéas, temps gris, 1907 (O/L, 100 x 73 cm); en noviembre de 2005, Nymphéas, 1907 (O/L, 100,4 x 100,4 cm) llega a los 14.016.000 USD (11.619.264 euros) en Christie’s Nueva York, muy lejos de los 43.762.500 USD (34.196.017 euros) en que se remató en noviembre de 2012 en Christie’s Nueva York sus Nymphéas, 1905 (O/L, 88,3 x 99,5 cm). Sin embargo, las Nymphéas más caras fueron las de la colección Miller, realizadas en 1919 (O/L, 100,4 x 201 cm) y que alcanzaron en Christie’s Londres las 40.921.250 GBP (51.777.657 euros) en junio de 2008, muy lejos de la estimación de 18 a 24 millones de libras.
Sotheby’s no se queda a atrás, y del mismo Monet oferta un vistoso Le pont japonais pintado en Giverny entre 1918 y 1924. Sin duda, el conocido puente japonés rodeado de nenúfares y lilas colgantes, es otro de los iconos que mejor representan el impresionismo y, como consecuencia, el paso a la modernidad. Pintado decenas de veces, en cada una de las distintas versiones Monet recogía el variable color de cada flor y de cada reflejo, cada día, cada estación, cada año. Lienzo de dimensiones ya importantes, 90 x 116,3 cm (lote 28), la estimación de venta es de 12 a 18 millones de dólares.
En esos años emerge otro de los grandes titanes de la modernidad. Wassily Kandinsky (1866-1944), el primero que llega a la abstracción gracias, de alguna forma, a la música. La obra que ofrece Christie’s está justo en el momento previo, cuando se intuye ya el cambio y los colores, ya planos absolutamente, comienzan a tener otro significado. Strandszene, 1909 (O/cartón, 52,8 x 67 cm; 17) es una de esas piezas que entusiasmará al coleccionistas de Kandinsky, aunque sólo algunos puedan acceder a los 16-22 millones de dólares de su estimación. Recordemos que muy recientemente, Studie zu Improvisation 3, 1910 (O y Tm/cartón con marco del artista, 44,7 x 64,7 cm) se vendió por 13.501.875 libras (15.905.208 euros) en Christie’s Londres en junio de 2013, un precio más alto que los 13.051.860 euros (16.882.500 USD) que se pagaron por su compra en noviembre de 2008 en Christie’s Nueva York. Su Studie für Improvisation 8, 1909 (O/cartulina/L, 98 x 77 cm), más abstracto quizá, alcanzó en Christie’s Nueva York, en noviembre de 2012, los 23.042.500 USD (18.005.409 euros), su venta más alta hasta el momento.
Si avanzamos algunos años, aparece el siempre interesante Henri Matisse (1869-1954). Sotheby’s ofrece el día 7 dos piezas muy atractivas. La primera de ellas es La Séance du matin, 1924 (O/L, 74 x 61 cm; lote 8). La pintora que aparece es Henriette Darricarrère música y bailarina que tras una crisis escénica decidió cambiar y dedicarse a las artes visuales. Y así, entró como asistente de Matisse y de él recibió clases durante un breve periodo de tiempo en Niza, en 1924 el año en que se pintó este lienzo. Hay una escena similar en el Metropolitan Museum of Art en Nueva York, The Three O’Clock Sitting, 1924 (O/L, 92,1 x 73 cm), que recoge de nuevo esta situación, en el mismo cuarto, con la misma ventana y decoración en las paredes, pero donde ella pinta ya una modelo. Por encima del motivo, destaca el fuerte colorido de esa época dorada, con unos blancos muy puros y unos tonos planos, sin apenas matices. La estimación es de 20 a 30 millones de dólares.
Del mismo Matisse, pero ligeramente menor y perteneciente a una colección japonesa, es La femme en jaune, 1923 (O/L, 65,5 x 50,5 cm; 47), con un atractivo y amplio vestido en amarillo que domina la composición, por encima incluso de la extraña perspectiva del suelo y de las decorativas paredes. Pintado poco antes que el anterior, en 1923, se pueden observar las mismas preocupaciones de este temprano periodo de Niza. Prueba de su calidad es la estimación de nueve a quince millones de dólares.
Christie’s avanza en el tiempo y de 1934 saca a subasta un magnífico trabajo de nuestro español Salvador Dalí (1904-1989) titulado Moment de transition (O/L, 54 x 65 cm; 37), con su característico paisaje de horizonte bajo, unas montañas con diferentes medidas y los mínimos personajes como perdidos en medio de la casi nada, una especie de ciudad en ruinas a donde se dirige un carruaje. Hay que tener en cuenta que de 1936 es su segunda mejor venta hasta el momento: Printemps nécrophilique (O/L, 54,6 x 65 cm), que alcanzó en mayo de 2012 en Sotheby’s Nueva York los 16.332.500 USD (12.352.119 euros); de un año antes, 1935, es Spectre du soir sur la plage (O/L, 50 x 61 cm), vendida en mayo de 2010 por 5.682.500 USD (4.340.861 euros) en Sotheby’s Nueva York. Y quizá por eso la estimación de Christie’s es de diez a quince millones de dólares.
En ese ambiente de creación tan personal, vinculado durante un tiempo con el surrealismo, se desarrolla la producción de otra de las grandes figuras del siglo pasado: Joan Miró (1893-1983). Y en Christie’s se ofrece un buen Le serpent à coquelicots traînant sur un champ de violettes peuplé par des lézards en deuil, 1947 (O y Tm/cartón, 105 x 75 cm; 34) con una estimación de 12 a 18 millones de dólares. La obra más cara hasta el momento de ese período, y muy cercano a 1947, es Femme rêvant de l’évasion, 1945 (O/L, 146 x 114 cm), vendido en Sotheby’s Londres en febrero de 2013 por 8.441.250 libras (9.763.149 euros). Se acerca La caresse des étoiles, 1938 (O/L, 60,3 x 69,9 cm) vendida en Christie’s Nueva York en mayo de 2008 por 17.065.000 USD (11.035.935 euros).
Y para terminar, las piezas de Alberto Giacometti (1901-1966), de la época de la postguerra. Christie’s ofrece Femme de Venise IV (bronce con pátina marrón oscura y pintado a mano por el artista, 2/6, 115,5 cm de altura; 33), concebida en 1956 y fundida un año más tarde. Comprada en Sotheby’s Londres en junio de 2000 por 3.005.108 euros (1.873.500 GBP), la 3/6 se quedó en el ya lejano noviembre de 1997 en los 2.422.500 USD (2.113.954 euros) en Christie’s Nueva York. Y a alguno quizá sorprenda, entonces, la estimación de 10 a 18 millones de dólares por esta obra ahora. Pero es que el mercado del suizo se ha subido paulatinamente en estos últimos años quizá por ser uno de los artistas que mejor representan al hombre moderno. En noviembre pasado, la venta en Christie’s Nueva York de Grande tête mince (Grande tête de Diego), 1954 (3/6, 65 cm) por algo más de 53 millones de dólares (40.318.867 euros) fue el precio más alto pagado en 2013 por cualquier pieza de arte impresionista y moderno. Y aún tenemos en nuestro recuerdo el espectacular remate nada menos que por 65 millones de libras (74.406.930 euros) en febrero de 2010 de L’homme qui marche I, 1960 (bronce, 2/6, 183 cm), en Sotheby’s Londres, su récord y, en su momento, el récord para cualquier escultura.
Pues bien, Sotheby’s ofrece al día siguiente y procedente de la excelente colección del prestigioso galerista Jan Krugier, Femme de Venise V (bronze, 3/6, 110,6 cm; lote 12), concebida en 1956 pero fundida dos años más tarde. Quinta de las nueve versiones de la serie de conocidas mujeres desnudas que caminan -ésta es quizá la versión más naturalista-, fueron seleccionadas como ‘work in progress’ por el propio autor para la Bienal de Venecia de 1956, de ahí el nombre. Comprada en Sotheby’s Nueva York en noviembre de 2001 por 2.865.750 dólares (3.183.811 euros), doce años después sale a pujas con una estimación de seis a ocho millones de dólares. Hay que tener en cuenta que en noviembre de 2010 Christie’s Nueva York adjudicó el ejemplar 4/6 de esta misma serie por 10.274.500 dólares (7.357.569 euros). Otras referencias: Femme de Venise VIII, c. 1956 (IV/VI, 122 cm) se vendió por 10.121.000 USD (6.521.972 euros) en mayo de 2008 en Sotheby’s Nueva York, pero la Femme de Venise VI, 1956 (2/6, 104,8 cm) se quedó en los 8.104.000 USD (5.968.596 euros) en mayo de 2007 en Christie’s Nueva York.
Y procedente de una fundación suiza, Sotheby’s ofrece también La Place (bronce, 4/6, 62,2 cm; lote 18), una soberbia pieza concebida y realizada en 1948. Éste es el primer trabajo digamos multifigurativo del escultor; a pesar de la presencia de varios personajes en el mismo plano, cada uno es independiente, cada uno vaga solitario, ausente. Es quizá el fruto del desastre de la Segunda Guerra Mundial que rompió todas las ilusiones e ideales, pero también un fiel reflejo de la filosofía existencialista, de la soledad y la vulnerabilidad de cada ser humano. Se espera una venta entre 12 y 18 millones de dólares, pero es interesante saber que la pieza se compró en Sotheby’s Nueva York en mayo de 2000 por 4.515.750 dólares (4.982.038 euros), por debajo de la estimación de cinco a siete millones de dólares.
Se quedan en el tintero piezas de Modigliani, Brancusi, Leger, Balthus o tantos otros grandes. La oferta, como hemos ido desgranando, es amplia e interesante, con piezas de museo de Picasso, Matisse, Monet, Kandinsky, Giacometti, Miró o Dalí. Sólo queda ver cómo reacciona el mercado, y cuánto se termina paganado por cada una. Veremos los resultados esta misma semana, y hablaremos de ellos. Publicado por Daniel Díaz el 6 de mayo de 2014.